Quienes Somos?
Misión, Visión & Valores
- Nuestra Misión Educativa
–Misión
Promover mediante el fomento de valores trascendentales, una educación humana integral de alta calidad y excelencia, que prepare a la persona para dar respuesta a los retos que el mundo moderno demanda.
- Nuestra Visión
-Visión
Ser una institución educativa de calidad y alto nivel académico distinguida por formar personas críticas, analíticas y éticas que contribuyan a mejorar la sociedad. De esta manera el Colegio asegure su permanencia como una de las mejores alternativas educativas de la Ciudad de México.
- Nuestra Oferta Educativa
-Educación
Con base al perfil de egreso que propone la Secretaría de Educación Pública y a los valores del Colegio, se han establecido los siguientes rasgos, que en conjunto, definen el perfil ideal de la alumna que egresa del Colegio Luz del Tepeyac en los diferentes escenarios de su vida.
Quiénes somos?
La historia de este Colegio, comienza cuando Pablo de Anda y Padilla, a finales del siglo XIX, funda la Congregación Católica de las Hijas Mínimas de María Inmaculada CFMM (por sus siglas en latín “Congregatio Filiarum Minimarum Mariae”), para dar respuesta a las necesidades de su tiempo a favor de los necesitados y dedicar a la enseñanza a algunos de sus elementos, a quienes recomienda “hacerse aptas para el desempeño de tan santa obligación”. (Art. 66 Anda Padilla).
Uno de sus más fervientes deseos fue formar Maestras Normalistas que atendieran a la niñez y de la juventud mexicana, para lograrlo, estableció el Colegio San José, fundado en 1897, una escuela Normal para señoritas, la primera de su tipo en el estado de Guanajuato. El primer Colegio se inauguró el 10 de enero de 1896, en León, Gto., sin embargo, dejó de prestar sus servicios en el año de 1936, aunque luego de unos años reabrió sus puertas con otro nombre.
A la fecha las Hijas Mínimas de María Inmaculada atienden, en materia educativa, 16 colegios, cuatro escuelas de enfermería y cinco casas hogar para niños y niñas; once de los cuales se encuentran en el estado de Guanajuato. El resto, en Bachajón, Chiapas; Misantla y Papantla, Veracruz; Colotlán, Encarnación de Díaz y Guadalajara, en Jalisco; Ciudad de México; Parral y Sisoguichi, Chihuahua, Nogales y San Luis Río Colorado, Sonora; Arizona, Estados Unidos.
Doquier esté presente la CFMM, su propósito es formar una comunidad que dé testimonio cristiano, que busque la formación humana y espiritual de sus miembros, donde la persona crezca y se comprometa.
Con este espíritu, una de las hermanas ideó la construcción e integración de la comunidad educativa y libertadora, regida por la luz del evangelio y por la mirada protectora y maternal de María Inmaculada. Esa hermana fue la M. Abigaíl de Señor San José Barudi Salum, quien recibió de la Santísima Virgen de Guadalupe, la inspiración de fundar “una escuelita” lo más cercana a su Santuario, y decidió edificarlo para las niñas pobres de la zona de la Villa de Guadalupe.
Prácticamente sin recursos económicos, dedicó buena parte de su vida a la labor de ver cristalizadas sus ilusiones.
La Madre Abigaíl Barudi Salum, mujer de origen libanés, llegó a nuestro país en el año de 1902, a los 8 años de edad. Ingresó a la congregación CFMM, donde sus superioras la dedicaron al servicio en la educación. Durante más de tres décadas, dedicó su apostolado al servicio de la niñez en Irapuato, Guanajuato y en Encarnación de Díaz, Jalisco. Después fue enviada a Ciudad de las Cruces, Cuba, donde permaneció por más de 10 años. A su regreso colaboró en los colegios de la Ciudad de México, Silao y San Luis de la Paz, en el estado de Guanajuato.
Esta vasta experiencia en la docencia, marcó profundamente su corazón. Así, cuando por motivos de salud, debió dejar la docencia y dedicarse al servicio en el Hospital de la Luz, comenzó a idear la escuela que quería crear.
Expuso su deseo de fundar el Colegio en el Capítulo General, cerca de 1943, después de comentar sobre su caso, su petición fue aprobada. Fue entonces que acompañada de la Madre Juana de Arco, comenzó a colectar recursos para la obra, acudiendo a personas benefactoras. Para dar formalidad a la obra, acudieron al Sr. Arzobispo Luis María Martínez, quien se interesó tanto en el proyecto que concedió la autorización y una credencial para acreditar la labor de recaudación.
Fue a un costado de la Calzada de Guadalupe que encontraron un terreno que al fin lograron comprar. Era una época en la que en general se percibía un buen clima para el desarrollo económico del país, era el año de 1957. Para ese entonces, la CFMM se había separado del Hospital de la Luz, por lo que aprovechando a las hermanas que en él laboraban y que ya estaban habituadas a vivir en la ciudad, se les asignó temporalmente el trabajo en el nuevo colegio. El Consejo dispuso que R. M. Gloria María Soto Valle, superiora en el hospital, fungiera como Superiora en el nuevo colegio, que estaba por abrir.
La M. Gloria María Soto Valle llegó al Colegio el 20 de noviembre de 1957. Con ella, las Hermanas Silvina de la Inmaculada García, Honorata de María Jiménez, Consuelo de Jesús Solís y Juana María Acosta, enfermeras del Hospital de Jesús.
El 15 de diciembre del mismo año, la Madre Superiora, viajó a León a reclutar el personal para la fundación del Colegio, regresando con ella la Madre Dolores de María Aguilar, quien se hizo cargo del Jardín de Niños con la ayuda de Madre Margarita María Gutiérrez, y Hermana Gisela e la Eucaristía Olivas para dirigir la Primaria con el puesto de Directora Técnica.
El resto del personal se fue integrando posteriormente, trabajando con admirable constancia y abnegación en la obra del Colegio.
El 20 de diciembre de 1957 fueron abiertas las inscripciones; ese primer día se inscribieron 11 niñas.
El 3 de febrero de 1958 iniciaron las clases en el Colegio Luz del Tepeyac con 166 alumnas –número que fue aumentando hasta llegar a 230 en ese mismo año-. El 18 de febrero, el Arzobispo de la Ciudad de México, Miguel Darío Miranda, dio la bendición al Colegio. Al año siguiente, en 1959, las superioras de la Congregación, confiaron el gobierno de la casa a M. Josefina de Lourdes Liceaga, y la dirección del Colegio a M. Luz de Lourdes Álvarez Márquez.
Hacia 1960 ya se contaba también con la sección de Educación Secundaria. Era momento en el que se hacía imperativo obtener la autorización gubernamental para impartir educación, de manera que se comenzó el trámite de incorporación y validación de estudios ante la Secretaría de Educación Pública. Fue el 3 de noviembre de 1962 que se obtuvo la incorporación de la Primaria y el 23, la de la Secundaria. Ambas autorizaciones fueron gestionadas y otorgadas a la Madre Gloria María Soto Valle.
Nuestro Carisma
El Carisma del Colegio, se sustenta en el de la Congregación:
“CONFIGURARNOS CON CRISTO MISERICORDIOSO A FAVOR DE LOS NECESITADOS, COMO MARÍA EN ESPÍRITU DE FAMILIA”
Éste, como todo colegio CFMM, se inserta en la misión educadora de la Iglesia por sentirse llamado a prestar un humilde y amoroso servicio a la Iglesia en beneficio de la familia humana.
El Colegio Luz del Tepeyac, tiene como inspiración a la Iglesia en México y trata de dar respuesta a las exigencias de la actualidad en la que se desarrolla.
Está incorporada al Sistema Educativo Nacional, sigue sus programas y lineamientos, además de que promueve sus valores.
Está abierta al diálogo y a la colaboración, con espíritu crítico y creativo.
Es complemento de la educación de la familia. Reconoce a los padres de familia su derecho natural de ser los primeros educadores de sus hijas, y cumple su misión contando con la participación activa de los mismos.
Favorece el crecimiento humano y espiritual de su profesorado, animadores críticos y responsables directos de la educación de sus alumnas, e integra a su misión a cuantos colaboran en las áreas administrativas y de intendencia.
En cuanto al manejo de sus recursos económicos, debe ser autogestiva, y ha de administrar sus bienes de forma sabia y justa.
Orienta a las alumnas a que sean agentes de su propio desarrollo, responsables ante los valores trascendentales, comprometida con sus semejantes y apta para contribuir eficazmente a la formación de una sociedad más justa.
El espíritu de familia se vive cada día en el colegio cada vez que se ayuda a aquel que lo necesita. Se tiene como primer valor a la persona humana, a quien se trata con absoluto respeto. Se promueven las relaciones interpersonales de conocimiento, estima, amistad y genuina libertad, que se traducen un mutuo compromiso de responsabilidad solidaria que conduce a la unión con la Iglesia Universal, propiciando la consolidación plena de la persona, fundamento de la transformación social que tanto necesitamos.
El espíritu de servicio se ha de manifestar a través de la autoridad como elemento animador, coordinador y de ayuda a todos los miembros de la Comunidad Educativa. Fomentando actitudes de colaboración, apertura y solidaridad entre todos los miembros de la Comunidad y hacia su entorno social. Alimentando en sus alumnas la sensibilización a las necesidades del prójimo, organizando servicio social y apostólico.
El espíritu mariano, fuente de la inspiración de la congregación CFMM es María Inmaculada, su modelo y su guía. Ella preside y acompaña todas las obras a emprender. Cada oportunidad que se presenta para darla a conocer y honrarla se aprovecha. De esta forma, se fomenta la verdadera devoción Mariana, que consiste, sobre todo, en la imitación de sus virtudes, destacando sobre otras su disposición, su humildad y su fidelidad.
Nuestro Nombre
Desde que la Madre Abigail Barudi concibió la idea de fundar el Colegio, inspirada en la historia de la Virgen de Guadalupe, su deseo era que las niñas de este centro educativo, como capullos, se formaran para ser rosas que al abrirse se llenaran de luz en sus corazones, sus mentes y sus almas. Llenas de la “luz que brota de la fuente del Tepeyac, del corazón de Nuestra Madre”, como ella lo expresaba.
Nuestro Escudo
El Colegio “Luz del Tepeyac” es eminentemente Mariano, pues está dedicado de una manera especial a la Virgen de Guadalupe. Su escudo está conformado por una estrella que simboliza a la Virgen María, unos rayos que iluminan las mentes y corazones de las alumnas brotan de ella. Las siglas C. L. T. que son las del nombre del colegio.
Es a la Virgen María a quien se encomiendan las labores del Colegio de tal manera que podemos decir con plena confianza nuestro lema: “Con Ella venceremos”.
El uniforme tanto del preescolar como del resto de las secciones es color azul marino, que representa el amor mariano de la Institución.
“Con Ella venceremos”
Nuestro Himno
Venid, compañeras, venid presurosas;
cantemos gozosas un himno de amor. (bis)
Cantemos sinceras a nuestro Colegio
un himno de gloria, de triunfo y honor (bis)
de triunfo y honor, de triunfo y honor.
Bendito Colegio que así nos ilustras,
corriges y educas en ciencia y virtud.
Felices nosotras, siguiéndole atentas,
que así lograremos el más alto ideal.
Venid compañeras, venid presurosas;
cantemos gozosas un himno de amor. (bis)
de triunfo y honor, de triunfo y honor.